Mi opinión con respecto a este tema viene originada por el ambiente en el que crecí y me crié. Desde que tengo uso de razón he vivido en un barrio en Petare en donde es muy común ver la delincuencia, las drogas, los enfrentamientos entre bandas y la deserción escolar; pero también se evidencia la unidad de la comunidad, la solidaridad ( a pesar de que hoy en día eso se ha perdido) y gente que quiere superarse y tener un mejor futuro (pocas, pero sí las hay).
Desde niña y ya después de adolescente nunca me gusto tener amigas en el sitio donde vivo, y no por denigrar o creerme mas o menos que ellas, sino porque tenían una mentalidad diferente a la mía, iban mas adelantadas que yo en todos los aspectos,cuerpos exageradamente desarrollados y yo cual espina de pescado, cuando yo todavía pensaba en jugar muñecas ellas ya hablaban de novios y de "darse besos con aquel" cuando yo apenas me estaba desarrollando ( a los 15 años) ya ellas se habían iniciado sexualmente (no todas, pero si la mayoría), es decir, yo me quedaba coloquialmente hablando "en pañales" delante de ellas y por esta razón era vista como la galla del grupo, la sometida, la boba, la nerda, entre otros apodos. Sin embargo siempre me he caracterizado por tener una personalidad y un carácter muy particular, y esas cosas no eran de mayor importancia para mi, de hecho mis amistades todas eran hombres y eso hacia que la gente hablara (incluso mi propia familia) cosas como que yo era una "loca" (en el peor significado de la palabra), que iba a salir embarazada rápido, que era un mal ejemplo incluso para mis primas etc. Pero siempre he tenido bien claro mis principios, mis valores y lo que soy y mientras yo sepa eso poco me importaba lo que opinaran los demás, mis amigos siempre fueron respetuosos conmigo porque sabían quien era yo y ni locos se jugaban conmigo como lo hacían con las otras muchachas, por aquello de que el respeto se lo pone uno mismo.
Asi fui creciendo y viendo como esas muchachas no tenían respeto por ellas mismas, como se acostaban con casi todos los chicos del barrio, como iban abandonando el liceo, su vida predilecta era trabajar de cualquier cosa o ser una mantenida y pasar los fines de semana de rumba en rumba y borrachas. Me preocupaba más que sus padres no hicieran nada por aconsejarlas o reprenderlas, y me atrevo a pensar que quizás porque fueron iguales en su adolescencia o simplemente porque les falto reforzar o inculcar los valores en casa y eso irremediablemente sera una cadena, un circulo,generación tras generación. Pasa el tiempo y yo sigo en el mismo lugar pero no pertenezco allí ni a la idiosincrasia que predomina, todas esas muchachas para las que yo era "galla" no estudian, ya tienen de 2 a 3 hijos, no tienen el mas mínimo interés de superarse y de formarse profesionalmente y siguen teniendo la misma mentalidad nefasta de unos años atrás, que por mas que se intente aconsejarlas y hacerles ver que la vida no es únicamente esperar los viernes para beber sin control y amanecer en la cama de un desconocido, ya eso es algo que esta implantado en sus cabezas y que cuando existió la oportunidad de corregirlo, nadie lo hizo, ni siquiera los que pudieron haber hecho la diferencia (sus padres).
Por esa razón, o mejor dicho, por esa continua experiencia es mi perspectiva y mi opinión acerca de este tema tan delicado en Venezuela, porque el que vivas en un barrio no tiene que marcarte de entrada como un delincuente, un drogadicto, una madre soltera, tu puedes hacer la diferencia y demostrar que no importa donde vivas,cree en ti y en tu potencial, querer ser mejor persona poco tiene que ver si vienes de una urbanización o del barrio mas alto de Petare, es algo intrínseco y por supuesto íntimamente ligado con una buena dosis de valores, cultura y educación que se imparten desde el hogar.